La plaza de Santa Ana fue construida en 1810 en el lugar de un antiguo convento carmelita como parte de la remodelación urbana emprendida por José Bonaparte. Dos estatuas dedicadas a los escritores García Lorca y Calderón de la Barca aluden a la posición de la plaza en el barrio de los escritores que se ha convertido en un espacio de entretenimiento.
Historia de la Plaza de Santa Ana
Siglos atrás, como era previsible en el Madrid más vetusto, el lugar donde se encuentra estaba ocupado por el Convento de las Carmelitas Descalzas de San José y Santa Ana.
Éste era uno más de los muchos conventos existentes en Madrid que empezaron a tiritar con la llegada al trono de José Bonaparte. Al hermano de Napoleón pronto le apodaron ‘el Rey Plazuelas’ por su obsesión de abrir espacios urbanos a causar de derribar otros tantos edificios
El convento fue una de sus muchas víctimas ya que él consideraba prioritario levantar un plaza en una de las zonas más asfixiantes de la Villa. Por eso, en recuerdo a aquel convento se le bautizó como la Plaza de Santa Ana. Entonces las hojas del calendario marcaban el año 1810.
Después, y de manera temporal, tuvo otras denominaciones, como la Plaza del Príncipe Alfonso, pero para los madrileños siempre fue Santa Ana y así se quedó.
Este lugar ya era famoso por sus cafés, por ser el punto de encuentro de los vecinos del barrio. Poco a poco, los bajos de su perímetro se fueron llenando de establecimientos hoy clásicos, como la Cervecería Alemana, muy frecuentada por Ernest Hemingway por cierto.
Hablando de su perímetro imposible pasar por alto en uno de sus lados el Teatro Español que se levanta en el lugar donde mucho antes estuvo uno de los corrales de comedias más famosos, el Corral del Príncipe, abierto en 1583.
Curiosidades sobre la Plaza de Santa Ana
En el lado opuesto, la fachada más señorial y elegante del lugar, el hoy Hotel Me. Alojamiento que anteriormente se llamó Reina Victoria y que, originalmente, albergó los Almacenes Simeón.
Por cierto, cuando fue el Hotel Reina Victoria se le conocía como el ‘hotel de los toreros’ ya que estos se solían alojar aquí cuando venían a torear a Madrid, de hecho, se dice que Manolete siempre utilizaba la misma habitación.
Este epicentro del Barrio de las Letras es hoy un lugar donde pocos se detienen si no es en sus terrazas pero ¿Sabías que fue la primera plaza peatonal de Madrid? Así es, este mérito lo obtuvo en el ya lejano año 1925.
Plaza de Santa Ana, 28012, Barrio de las letras, Madrid
Metro: Sol (L1), Antón Martín (L1).
Bus: 6, 26, 32, 65, M1, N26